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Entretelones de la multidisciplinariedad

AbastoNews 10 horas ago

Por Ivette Estrada

Con doctorados y maestrías en derecho, filosofía, teología, economía, antropología e historia, el mexicano Eber Omar Betanzos, Titular de la Unidad Técnica de la Auditoría Superior de la Federación, personifica la multidisciplinariedad que las grandes multinacionales buscan en sus equipos de trabajo.

La sabiduría es una fórmula que aúna amor con conocimientos, un concepto que se guarda en el inconfesado cajón de las utopías y de repente, el funcionario público lo patentiza en su trabajo y vida.

El maestro en estudios humanísticos, políticas públicas, teoría crítica y derechos humanos que realizó un postdoctorado en gobernanza pública, asegura que en el servicio público todo se reduce al talento, tiempo y oportunidad.

“El tiempo es el que nos permite la maduración personal y profesional para ejercer el poder público, que es una responsabilidad. El talento se genera con la formación académica y la educación desde el hogar. Mientras, la oportunidad emerge cuando alguien cree en ti, como en mi caso el extinto Ministro Mariano Azuela y la jurista Delia Gómez”.

Su interés por diferentes ramas del conocimiento parte de su historia personal. El padre de Omar Eber Betanzos fue maestro normalista de su natal Oaxaca, un trabajo caracterizado por ser multigrado y multidisciplinario.

Ahí se generó mi interés por muchas asignaturas y cosas. Cuando comencé a trabajar, mi primer sueldo era de diez mil pesos, comencé a comprar libros de distintas material y a estudiar formalmente desde los 25 años. Hoy tengo 46”.

_ ¿Sus padres que dicen de sus logros académicos?

_Tengo su apoyo, como todos mis hermanos. Todo ocurre de manera muy natural.

Y natural y sencillas son su afabilidad y palabras con las que comparte recuerdos y puntos de vista.

_“Cuando inicio algo lo termino, como ocurre con los libros que leo”, sentencia con voz serena.

_¿ Por qué su interés en la teología?

_Por la profunda fe que se profesaba en mi pueblo, una religiosidad en torno a la que giraba todo. El sacerdote era una figura presente y relevante. Entonces quise descubrir que estaba atrás de la sacralidad. Ese conocimiento me enseñó algo importante, a respetar los credos de los demás”.

Y en una era donde las ciencias exactas aparecen como columna vertebral del conocimiento, el papel que juega el humanismo resulta trascendental, porque para Betanzos el conocimiento tiene un solo norte: la dignidad humana, la sociedad humanista.

“México debe invertir en ciencia y tecnología, pero no debe soslayar el rumbo social. Los grandes descubrimientos representan los hitos de las revoluciones científicas, pero a lo largo de la historia se muestra que junto a ellos aparecen grandes ejércitos de pobres que requieren más oportunidades. Es la vertiente social”.

Sobre el pensamiento crítico, Betanzos lo configura como una realidad optimista que nos permite transformar las comunidades. “No se trata de una hermeneútica ideológica sino de una posición armónica. No debe de extrañar, entonces, que obras como el drenaje en la Ciudad de México, resultó crucial en esa geografía por su incidencia en la salubridad, más grande y trascendental que otras obras”.

Quien no impone sus puntos de vista y asume que las soluciones siempre son multifactoriales, cree que todas las vertientes del conocimiento deben aplicarse y desarrollarse para solucionar los grandes problemas sociales.

Para Betanzos, la grandeza de un país se establece con territorio, pero también con una población educada.

En países donde existe baja eficiencia en la educación terminal, deben impulsarse modelos económicos que provean la generación de empleos y concatenar los estudios a habilidades de los tiempos presentes. No tratar de establecer matrículas universitarias, sino a instaurar cursos cortos que les permitan ingresos y empleabilidad”.

En un momento en el que algunos países, como México, realizan el ensamblaje último en la cadena fabril, la innovación queda proscrita en el día a día y se posterga invertir en carreras y asignaturas del futuro. “Se carece de incentivos para ello”, comenta el Doctor que asevera que la computación cuántica, exploración espacial y la sustentabilidad son algunas de las carreras se privilegiarán en los próximos años.

El consejo que otorga el Doctor Betanzas a niños y jóvenes mexicanos es que prosigan sus estudios sin importar el modelo que sigan, tanto si se trata de un sistema público o privado.

“Es posible transformar la realidad de lo que uno vive”. Y para ello es fundamental la gratitud con los padres que nos permiten soñar, nuestros mentores que brindan oportunidades y los amigos que nos acompañan, incluso en el momento de nuestra muerte”.

Y sus palabras dejan un hondo ¡eureka!, la posibilidad de transitar realidades acotadas e incluso difíciles, de encontrar oportunidades de expresión y vida, y que el conocimiento, finalmente, sólo tiene valor en la medida en que genera ideas y transforma, no es acumulación ni egocentrismo, es humanidad que vibra, comparte y sirve.

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